La eólica contribuye a ahorrar agua.
La escasez de agua es hoy uno de los problemas más acuciantes
en muchas partes del mundo sin que en los países desarrollados le demos la
importancia que le corresponde. De ahí que sea fundamental concienciarnos de
todas las maneras que existen para ahorrar un bien tan preciado. La energía
eólica es una de ellas: utiliza menos agua que cualquier otra tecnología de
generación de energía.
Mientras que los combustibles fósiles convencionales y las
plantas de energía nuclear usan el agua para el enfriamiento y la condensación
del vapor que mueve las turbinas, la generación de energía eólica no requiere
prácticamente agua. Como resultado, la eólica puede ahorrar más de 1.500 litros
de agua por MWh de electricidad producido.
Gracias a los 48 TWh de electricidad que se generaron el año
pasado por la fuerza del viento, no fue necesario utilizar agua para enfriar
las centrales térmicas que se hubieran utilizado en su lugar. Según el
Laboratorio Nacional de Energías Renovables de EEUU, para generar un kWh de
electricidad en una central térmica convencional se necesita extraer 53 litros
de agua de un río u otra superficie de agua, de los cuales 1,5 litros se
consumen, es decir, no se devuelven a estas fuentes y por lo tanto no están
disponibles para otros usos o para la sostenibilidad de los ríos. Si aplicamos
esta cifra a la electricidad generada con el viento en nuestro país nos daría
la importante cifra de 72 Hm3 de agua.
Así que vamos a recordar las tres razones por las que a
partir de los años 90 se empezó a promover la eólica y le vamos a sumar una
cuarta:
Para reducir la dependencia energética, que desvía recursos
económicos hacía los países productores de combustibles fósiles,
imposibilitando su uso en crear prosperidad y empleo en nuestro país. Ahorro en
importaciones entre 2.000 y 3.000 millones de euros anuales dependiendo de los
precios internacionales de los combustibles fósiles.
Para mitigar los efectos del cambio climático, causado
principalmente por el CO2 que contienen los combustibles fósiles, y no
traspasar el umbral de 2ºC de aumento de temperatura global que nos llevaría a
escenarios climáticos muy perjudiciales para todo el planeta. También reducir
la contaminación convencional local. Ahorra entre 20 y 22 millones de toneladas
de CO2 anuales por un valor entre 100 y 154 millones de Euros dependiendo del valor
del coste de la tonelada de CO2 en la UE.
Para reducir la utilización de recursos finitos y dejar a
futuras generaciones un planeta que les permita también a ellas un desarrollo
sostenible.
La generación de energía eólica no sólo conserva el agua
sino que puede ayudar a aliviar la escasez de este recurso. El valor económico
de esa agua, siendo el coste medio en
España, según el INE, de 1,89 €/m3 es de
136 M €.
FUENTE: REVE
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