Resulta increíble que el comercio
tradicional se sostenga con la creencia que la internet no les
transforme, así como si lo es para la industria, cabe sin embargo que no
existe barrera para innovar en esa tendencia a creer que las cosas
seguirán así funcionando para siempre, quizá los amantes de las caminatas que
se distraen viendo cosas sea una de las variables por las cuales las vitrinas
exhiben productos que fácilmente se pueden adquirir por internet.
Así mismo, agencias
de viaje han padecido la intrincada reingeniería que sólo está
permitiendo sobrevivir a las que ofrezcan un gran valor añadido sobre la
contratación y, a las que siguen manteniendo están despareciendo so riesgo de
que en cada día la alta cuota de público se desconecta de sus servicios de
proveeduría. Las Librerías a están en un dilema por la evolución de
tarifas con envíos de libros físicos sin intermediación, por el crecimiento del
libro Online.
En este inmenso
océano de posibilidades de mantener el comercio doméstico existen algunos
tipos de comercios tradicionales sobre los que flota la creencia de una
prerrogativa sobre los efectos de internet bajo dos premisas: a. hay suministros en los que la
experiencia online nunca igualará a la offline, como ejemplo vemos como las
damas deben probarse la ropa, los
zapatos y, se cuenta con la naturaleza de sentir el producto como es el caso de
tocar el artículo y verlo físicamente para comprobar su naturaleza y b. Aunque los almacenes de lujo o
tiendas de cadena están a más del 60% en línea, reciben tradicionalmente las
personas que comúnmente salen de compras
que por habito o experiencia es un valor en sí, una diversión, un acto
social instaurado en la cultura de las gentes como en algunos casos una forma
de ocio irrenunciable.
¿Será que esto
seguirá funcionando así para siempre?, será que no existe obstáculo para que
definitivamente la observación y toque directo del artículo permitan la
innovación con la intervención de la internet?
En Norteamérica
existe el fenómeno “showrooming”,
y se cataloga en “extinción del
cliente cautivo”, móvil en la mano, el cliente está dando la vuelta a
la experiencia de dominio cuando tenía
reparos a la compra online, por miedo a pagar, por insatisfacción con la
logística o precios de gastos de envío, aunque se usa la web como catálogo
donde investigar, para finalizar la transacción en el establecimiento físico.
Sucede que, en esta
evolución en algunos almacenes, en aquellos comercios en los que la experiencia
personal es relevante, se adopta el patrón inverso, usando el almacén para “showroom”
donde se puede tocar y probar el producto, así los precios han sido o luego comparados
con la tienda online en tiempo real y elige qué propuesta de valor le
satisface más.
En nuestra empresa mantenemos la lealtad, así la
competencia tenga el mismo producto, cubriéndonos de la guerra de precios declarada,
viéndonos obligados a la igualdad con el gran distribuidor en almacenes físicos
con nuestra comercialización en igualar precios para el comercio a través de online,
para dejar de perder compras “impulsivas”,
bajo el “lo veo, lo toco, lo quiero y lo
compro, aunque sepa que en online es al mismo precio y, lo ve, lo toca, lo
quiere lo compara y elije donde comprarlo”.
Es posible lo general, el inicio -suena redundante-, al comenzar el negocio
implica la decisión de optar por almacén
físico con un emplazamiento de
vitrinas exhibidoras o / y, vender el producto a través del comercio
electrónico. El comercio virtual crece
día tras día en el mundo, pero esto no significa que debas colocar
todos los huevos en esta canasta, de acuerdo con el segmento, es
importante tener un pie en el mundo natural, en el mundo real, donde se
continúe con la relación humana, con el toque del principio de la natural creación.
Jorge Ramos
MG Administración
Gerencial
Marketing Online
Facebook: JRamos Morales
Muy bueno.
ResponderEliminar